En este post os vamos a comentar un poco como logramos tener una residencia canina
En primer lugar decir que ni fue nada fácil, gracias al apoyo de nuestros familiares, pudimos cumplir con nuestro sueño.
La primera vez que llevamos a nuestra mascota a una residencia, lo pasamos realmente mal, la residencia canina era de las mejores de la zona, pero aún así, nos daba pena y miedo, miedo de que le mordieran, se escapara o por la noche pasará algo con nuestro perro.
Al día siguiente llamamos a la residencia para preguntar que tal estaba y nos dijeron que no teníamos porque llamar, que el perro estaba bien y que estaban trabajando.
La verdad que no fue agradable la atención recibida y lo tenemos muy presente cada vez que viene un cliente y más si es su primera vez, nos ponemos en su piel y trabajamos para que durante la estancia de su perro, este en las mejores manos y sus dueños lo más tranquilos posible.
Cuando decidimos ampliar nuestro negocio de adiestramiento canino, estaba claro que queríamos seguir trabajando con animales, es lo más gratificante que hay, aunque también es muy duro, no sé descansa.
Una vez que teníamos claro que lo que queríamos era montar una residencia canina en Madrid, buscamos alguna que estuviese ya montada, y lo más importante, con licencia de actividad, ya que no todas las residencia la tienen.
Encontramos una en la zona de los hueros a pocos kilómetros de Alcalá de henares y menos de media hora de Madrid centro.
Era preciosa, con buenísimas vistas y rodeados de naturaleza, el único inconveniente es que el acceso no es el mejor, aunque he de decir que las demás, tampoco tenían un buen acceso.
Aún así el tema del camino, estamos convencidos de que mejorará, pensamos en que si tratábamos de ser la mejor residencia canina en Madrid, a los dueños de los perros les debería importar poco un tramo de dos kilómetros en no muy bien estado.
Nada más comprar la residencia canina, nos pusimos manos a la obra para dejarla lo más bonita posible, cambiar el vallado, instalaciones y muchas zonas verdes, también pusimos nuestra zona de descanso, así los perretes tienen vigilancia 24 horas, creo que una residencia canina, sin vigilancia 24 horas, es un riesgo.
Después de 5 años de trabajo diario, seguimos trabajo do cada día, para que esté en el mejor estado y aún nos queda mucho trabajo.
Tenemos piscina, cheniles con calefacción, habitaciones súper fresquitas para el verano, aspersores en todos los patios y muchas cosas más para que nuestros huéspedes estén mejor que en casa.
Sabemos que es duro dejar a nuestro perro en una residencia canina, por eso los tratamos como si fuesen nuestros y buscamos la manera para que estén felices y lo conseguimos.
Preocupamos mantener contacto en todo momento con los dueños, mandar fotos y vídeos, para que sus vacaciones y sus días sin su perro, no sean tan duros.
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